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DIETA Y CÁNCER DE MAMA

¿Por qué es tan importante desayunar?

 

Mientras los científicos trabajan para poner a punto un test de análisis de sangre que permita detectar un cáncer antes de que aparezcan tumores a los que está asociado con un índice de sensibilidad diagnostica elevado, acaba de aparecer en Estados Unidos un libro best-seller titulado ‘La dieta de prevención del cáncer de mama’, del doctor televisivo Bob Arnot, que asegura que la comida es un factor clave en la prevención del cáncer de mama, uno de los más frecuentes entre las mujeres. 

La polémica se ha servido a través de una portavoz del prestigioso Memorial Sloan Council on Science and Health (ACSH), que no creen que la información beneficie a las mujeres, e incluso se pueda prevenir el cáncer de mama a través de la dieta. En España, una de cada ocho mujeres desarrolla un cáncer de mama; o si lo vemos de otra forma, sobre ocho mujeres, 7 no desarrollarán cáncer de mama, enfermedad frecuente y grave, que afortunadamente con las técnicas actuales de diagnostico precoz queda mejorada. 

Como factores de riesgo se han apuntado los siguientes: antecedentes personales, predisposición familiar, herencia, factores psicológicos, edad, reglas precoces y embarazos tardíos, hormonas, alimentación, obesidad, vida sedentaria, tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, y factores extremos como exposición a los rayos X o la contaminación.

 

  • Comer equilibradamente

Detectar precozmente el cáncer de mama es importante, pero más prevenirlo, y según muchos expertos, la clave está en la dieta. No hay más que tener en cuenta un dato: en Estados Unidos las tasas de cáncer de mama son de cuatro a siete veces más altas que en Asia, y cuando las mujeres asiáticas emigran a EE UU, su riesgo de desarrollar un cáncer de mama se duplica en un plazo de diez años y se iguala con el de la población norteamericana en un par de generaciones, según informes del National Cancer Institute. 

¿Qué cambia para estas mujeres? La dieta y otros factores de vida. Cuando las mujeres asiáticas llegan a Estados Unidos ingieren más calorías, grasas y carne, y dejan de comer verduras, frutas y soja que comían en sus países de origen, el peso se dispara y baja la actividad física. Y, de momento, hacen falta más estudios que confirmen estas hipótesis, pero dicen los científicos que no hay que esperar a que la medicina de su veredicto oficial, porque comer de forma equilibrada es siempre bueno para la salud.

 

Jesús Llona Larraur, Qué!Nervión 7 de Marzo de 2011

 

 

La alimentación clave

 

Si hacemos un recorrido mínimo por los trabajos científicos publicados los últimos tiempos, nos encontramos con lo siguiente: el prestigioso Journal of The National Cancer Institute publicó un trabajo de investigadores estadounidenses realizado en mujeres griegas y asegura que las mujeres que tenían la costumbre de tomar aceite de oliva virgen de forma habitual tenían un 25% menos riesgo de padecer cáncer de mama que aquellas que consumían este alimento con menos frecuencia, incluso tan sólo una vez al día.

El mismo Journal of The National Cancer Institute hacía referencia de los efectos protectores de los fitoquímicos de un buen numero de alimentos entre ellos los tomates, el maíz, los pepinos, los melones, las frutas del bosque, las manzanas, las peras, las pasas, el limón y la lima, o cualquier fruta en general, que contienen alfacarotenos, betacarotenos y licopeno, y verduras de hoja verde como las espinacas, y las anaranjadas como las zanahorias, que contienen luteína, betacarotenos y zeaxantina, y también el repollo y toda su familia - coliflor, coles de Bruselas, lombarda, brécol…- ,ricos en sulforano e indoles.

También la soja, según revelan la revista médica Lancet y otras, contiene genisteína e isoflavonoides, responsables, al parecer, de la menor incidencia del cáncer de mama en los países asiáticos.

La fibra, presente en frutas, verduras, cereales integrales y frutos secos, se recoge en un estudios publicado por American Journal of Clinical Nutritión , y dice que las mujeres finlandesas tienen la mitad de riesgo de cáncer de mama que las norteamericanas, al parecer porque consumen 30 gramos de fibra al día, en comparación con los 14 gramos de las estadounidenses, confirmando que la fibra protege de la enfermedad.

No hay que olvidar que no hay dieta anticáncer, ni que lo cure una vez que ha hecho su aparición. Pero cumplir una serie de recomendaciones alimentarias puede prevenirlo.

Así lo han definido la Sociedad Americana del Cáncer o el Programa Europeo contra el Cáncer, y debemos tenerlo en cuenta. 

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